Texto claro de Kälte n.º 3


Seguridad en el frío: lo que definitivamente debes tener en cuenta al entrenar con clima frío.

¡Las terapias con agua fría son un éxito absoluto! Cada vez más personas reconocen los numerosos beneficios para la salud, desde el fortalecimiento del sistema inmunológico hasta la mejora de la resiliencia mental. Estas terapias sorprendentes, como los baños de hielo y las inmersiones en agua fría, deleitan a personas de todos los ámbitos de la vida. Pero por más beneficiosos que puedan ser, es importante comprender y minimizar los riesgos involucrados para poder aprovechar todo el potencial de estas terapias. ¡Esta guía ofrece estrategias prácticas para minimizar los riesgos de la terapia con agua fría para que pueda disfrutar de una experiencia segura y gratificante!

Estar en agua fría ofrece numerosos beneficios de los que seguro te beneficiarás. A nivel fisiológico, la terapia con agua fría tiene efectos sorprendentes: reduce la inflamación y la hinchazón, y después del baño los vasos sanguíneos vuelven a expandirse, lo que mejora la circulación sanguínea y el suministro de nutrientes. Este proceso promueve la recuperación muscular y fortalece el sistema inmunológico.

Tampoco deben subestimarse los beneficios mentales: quienes superan el shock inicial y la incomodidad en el agua fría están mejor equipados para lidiar con el estrés. El cuerpo se pone en un estado de alarma, lo que ayuda al sistema nervioso a aprender a lidiar mejor con las situaciones estresantes. Esto nos hace más resistentes psicológicamente.

Identificación y evaluación de riesgos

Aunque las terapias con agua fría ofrecen muchos beneficios, no deben olvidarse los riesgos. Es especialmente importante no enfriarse demasiado. Esto puede suceder si el tiempo de exposición es demasiado largo o el agua está demasiado fría. Las personas con problemas cardiovasculares o condiciones preexistentes, especialmente presión arterial alta, no deben permanecer en agua fría por mucho tiempo.

Es importante tener en cuenta que la exposición prolongada al agua fría puede provocar hipotermia. El cuerpo pierde calor más rápido de lo que puede producirlo, lo que puede provocar temperaturas corporales peligrosamente bajas. El riesgo de hipotermia aumenta si la temperatura del agua es muy baja o si no te has preparado adecuadamente.

problemas cardiovasculares

Si tiene presión arterial alta, debe tener cuidado, ya que la exposición repentina al frío puede provocar que su presión arterial aumente bruscamente. Esto puede provocar un estrechamiento de los vasos sanguíneos, lo que significa que el corazón tiene que trabajar más. Como resultado, podrían ocurrir eventos cardiovasculares graves, como ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares. Un estudio finlandés publicado en el International Journal of Circumpolar Health descubrió que en personas con presión arterial alta no tratada, la exposición a temperaturas frías puede aumentar la presión arterial, lo que podría incrementar el riesgo de ataque cardíaco o accidente cerebrovascular.

(Nota: si desea obtener más información sobre la presión arterial alta y las técnicas de respiración, escuche el podcast Breath Code, que cubre este tema en detalle).

minimización de riesgos

Expertos como el profesor Mike Tipton y el Dr. Nikolaos Iconomidis ofrece valiosos consejos sobre cómo evitar riesgos. El profesor Tipton, experto en ambientes extremos y fisiología humana, aconseja acostumbrarse al frío poco a poco. Recomienda empezar con un frío leve y aumentar gradualmente la duración de la exposición. Las personas con enfermedades cardiovasculares deben consultar a un médico antes de comenzar la terapia con agua fría.

Dr. Nikolaos Iconomidis, médico con amplios conocimientos en salud cardiovascular, enumera contraindicaciones específicas para el buceo en aguas frías. Estas incluyen hipertensión grave, enfermedades cardiovasculares, enfermedades respiratorias y enfermedad arterial periférica. Se recomienda encarecidamente a las personas con estas enfermedades no utilizar la terapia de agua fría, ya que puede empeorar los síntomas y causar graves complicaciones de salud.

Pasos prácticos

  • Aclimatación gradual: comience con formas menos intensas de exposición al frío, como: B. duchas frías, aumentando gradualmente la duración e intensidad. Esto permite que su cuerpo se acostumbre a las temperaturas más bajas y reduce el impacto de tratamientos más intensos, como los baños de hielo.

  • Preste atención a la temperatura y la duración: la temperatura del agua debe ser segura (10-15 °C es ideal para principiantes) y el baño no debe durar demasiado. Comience con inmersiones cortas (1-2 minutos) y aumente gradualmente la duración. Un termómetro para controlar la temperatura del agua es esencial para garantizar que no se exponga a condiciones de frío peligrosamente frío.

  • Preparándose para el choque frío: Antes del baño de hielo, humedezca su cara y cuello con agua fría para aliviar un poco el choque frío.

  • Preparación y apoyo exhaustivos: Una hidratación adecuada y una preparación física apropiada son esenciales. Los ejercicios de estiramiento antes del buceo en frío mejoran la circulación sanguínea y la respiración lenta y controlada ayuda a lidiar con el impacto inicial. Es importante que esté presente un acompañante o instructor profesional, especialmente para principiantes, para poder brindar asistencia inmediata en caso de ser necesario. Esta recomendación se aplica especialmente a los baños de hielo y a la natación invernal en la naturaleza.

  • Después del entrenamiento en frío: Sal del agua fría y caliéntate. Las mantas, las bebidas calientes y el ejercicio suave ayudan a restablecer la temperatura corporal. Evite duchas o baños calientes repentinos inmediatamente después, ya que pueden causar cambios vasculares rápidos, que podrían provocar mareos o desmayos.

Conclusión:

Las terapias con agua fría ofrecen importantes beneficios para la salud, siempre que se realicen de manera responsable. Conocer los riesgos e implementar medidas de seguridad hará que estas prácticas sean seguras y efectivas. Disfrute de los efectos rejuvenecedores de las terapias de agua fría sin exponerse a los riesgos. Aclimatese al frío lentamente, controle las condiciones, prepárese adecuadamente y asegúrese de tener un buen cuidado posterior. Consulta con tu médico antes de comenzar y comparte tus experiencias para construir una comunidad de apoyo en torno a estas prácticas.